La antigüedad de la apicultura como actividad humana se remonta hasta la época egipcia.

Se han encontrado pinturas rupestres donde se muestran actividades apícolas de aproximadamente 7.000 e incluso 8.000 años de antigüedad, de los cuales se han observado escenas donde se recolecta miel en colmenas silvestres.

Se descubrieron huellas del año 2.400 a.c aproximadamente donde se ve que el hombre hizo el intento de mantener una colonia de abejas dentro de un tronco hueco.

Efectivamente, existen evidencias del aprovechamiento de las abejas por los egipcios, los cuales trasladaban colmenas en sus embarcaciones a través del rio Nilo.

También se han encontrado actividades apícolas (ruinas, pinturas, escritos, etc) en la antigua Grecia, en Roma y en Asia Menor donde se han visto vestigios de conocimiento apícola y una explotación de miel y cera de abeja.

Pero no solo se han encontrado vestigios de actividades apícolas en Europa y Asia, sino también en culturas que no fueron conocidas hasta aproximadamente el segundo milenio D.C e incluidas en lo que se llamó Nuevo Mundo (incas, Mayas, indios americanos, etc), lo que conllevo a que algunas especies más productivas fueran introducidas por expediciones europeas en el descubrimiento de América en 1942.

La apicultura nació cuando el hombre intentó conocer el mundo de las abejas y dedicando su tiempo a cuidar, controlar y proteger las colonias.

Al principio las colonias de abejas se asentaron en los mismos sitios naturales donde tenían su propia morada de origen, si bien posteriormente, por razones de seguridad o conveniencia, se pasó a usar colmenas construidas de forma artificial mediante materiales que existían en el medio natural (corcho, troncos de árboles, cortezas vegetales, maderas y tablas), lo que dio lugar a la aparición de los apiarios.( eran los lugares donde se encontraban y ubicaban las colmenas de los apicultores)

Pero a pesar de todo la fecha ms importante en la historia de la apicultura mundial se corresponde al año 1851 cuando Loreno Lorraine Langstroth (párroco americano) descubrió una utilidad con los marcos móviles que, situados con distancia, las abejas no pudieran elaborar puentes entre ellos, se podían colocar dentro de las colmenas artificiales y permitía una rápida extracción, intercambio y aportando muchas ventajas a los apicultores.

El invento se extendió rápidamente por todo EE.UU, traspaso fronteras y llego a Europa por Inglaterra en la segunda mitad del siglo XIX.

Este descubrimiento tuvo muchísima importancia y fue tal el éxito de su uso que dio lugar a lo que hoy conocemos como la apicultura moderna siendo hoy en día la técnica apícola que más se utiliza.

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